Susana Pardo
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En mi Taller
Desde mi taller
Desde que era niña estuve rodeada de pinceles, óleos y telas ya que crecí en una acogedora casa donde mi madre siempre estaba pintando. En su taller donde había siempre olor a oleos tuve acceso a libros de pintura que me encantaba mirar y a verla a ella pintando. A veces me tocaba posar para ella por lo que ahora tengo retratos hechos por ella lo que es un privilegio para mi ya que forman parte de mi biografía.
Los veranos viajábamos a Cartagena, balneario con casas antiguas y llenas de poesía, en una casa con un jardín lleno de dalias y cardenales, olor a flores y mar donde mi inspiración comenzó a gestarse.
Al final del verano íbamos al campo en plena Cordillera de los Andes donde robles y todo tipo de especies nativas se mezclaban con el viento que soplaba por las tardes.
Ahí me inspire para más adelante pintar los paisajes y árboles añosos y también coloridas cordilleras.
Todo este ambiente y amor por la naturaleza que herede de mis padres me llevaron a tener muchas fuentes de inspiración durante mi infancia.
En la adolescencia, nos trasladamos a Argentina donde viví en los maravillosos paisajes de San Carlos de Bariloche, donde me impregné con la belleza de sus colores y la grandeza de la Cordillera.
Al volver a Chile mi curiosidad sobre el conocimiento del hombre, su relación con la naturaleza y las diferentes culturas que surgen en este contexto, me llevan a estudiar Antropología en la U. de Chile.
Paralelamente a esa interesante carrera estudiaba pintura en el taller de mi madre.
Cuando egreso de Antropología decido dedicarme por completo a la pintura y en mi búsqueda tomo clases con Eugenio Dittborn que me abre nuevos caminos en la pintura.
Al mismo tiempo nace mi segunda hija Jacinta y mezclo la actividad pictórica con la crianza de mis dos hijas ya que mis hijos nunca fueron un impedimento para pintar, al contrario me encantaba dibujar y pintar con ellos y a ellos.
Paralelamente a Dittborn tomé talleres de figura humana que se complementaban con lo que aprendí con él.
Así a lo largo de mi vida y a través de este proceso mi temática constante ha sido en torno a la naturaleza, paisajes otoñales, primaveras y ciruelos en flor. También un jarrón con flores, objetos y frutas que son parte de mi vida cotidiana despiertan mi admiración junto a la figura humana donde mis hijos forman parte de mi trabajo pictórico.
Cuando eran niños los pintaba en diferentes situaciones. Mi hija Jacinta jugando con un quitasol… tomando el té bajo un parrón de Flor de la pluma o mi hija Margarita reposadamente al lado de un ramo de flores.
Así traspaso a la tela mi interpretación de ellas con mis colores y pincelada…
La pintora Susana Cox me hace sentir reflejada en algo que escribe sobre mi pintura:

“Pintura, hermosa, suave, tranquila de gran emoción. Ojo-Rostros-Miradas profundas entre colores frescos celestes y algún rojo que aparece "JUSTO” a embellecer y dar calidez al entorno.
Paisaje-Vida-Goce al pintar bajo esa sombra que llena de luz y paz. Profundo Sentir-Sol-Bello color".

Actualmente mis hijos han crecido y ahora continúan inspirándome al hacer figuras bañadas por la luz de la tarde. O por la brillante luminosidad de la mañana.
Esta emoción que siento al verlas a ellas y mi vida cotidiana es lo que traspaso a través del acrílico o el óleo a mis telas.


Video de Santiago Aldunate, Marzo de 2017

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